Cómo Cultivar Lechugas

Continuamos con este especial para que aprendas a sembrar y cosechar todo tipo de verduras en tu huerta en casa. Ya te hemos contado cómo cultivar tomates, patatas, zanahorias y cebollas… ahora ha llegado el turno de la lechuga, una especie muy utilizada en la gastronomía mundial. Riquísima para las ensaladas, empleada como “colchón” en diversos platillos y una aliada especial si estamos a dieta.

Su nombre científico es Lactuca Sativa y suele crecer mejor en zonas semitempladas, se come preferentemente cruda y si bien tiene poco valor nutritivo (vitaminas A, B, C, E y K; fósforo, hierro, potasio y calcio) su alto contenido en agua (hasta el 95% de su composición) la convierte en una gran aliada para los meses de verano. ¡Entérate cómo cultivar lechuga en este artículo!

El cultivo de la cebolla: Elementos indispensables

Para que puedas cosechar tus propias lechugas en la huerta que has construido en casa es preciso que cuentes con:

1.Semillas: “Permite” sembrar directamente en el huerto, también en un cajón para almácigos o incluso en macetas individuales. Todo dependerá de las condiciones climáticas, de la época del año o del tiempo que le podemos dedicar a la plantación.

2.Tierra: Exige que el suelo se drene muy bien y que sea rico en nutrientes. No olvides aplicar humus antes de plantar lechugas ya que retiene una parte del agua y le aporta lo que necesita la verdura para crecer.

3.Sol: Esta especie prefiere los climas frescos y húmedos aunque también necesita exposición al sol (sobre todo en primavera u otoño). En verano es mejor que se deje a la sombra de lo contrario dará semillas y flores.

4.Riego: Es necesario evitar que la tierra esté seca por ello se recomienda regar cada dos o tres días según la época del año. Cuanto más húmedo esté el suelo más sabrosas y tiernas serán las lechugas.

Cultivando lechugas: Paso a Paso

Ya tienes todos los elementos requeridos… ¡ahora es momento de pasar a la acción! Como primera medida tendrás que elegir qué tipo de lechuga quieres plantar. Las más usadas son iceberg, romana, francesa, capuchina y mantecosa (o trocadero). Antes de que las semillas se coloquen en la tierra enfríalas entre dos hojas de papel mojadas colocadas en el refrigerados al menos dos días antes.

Planta en la huerta en una hilera, semilla por semilla, con una separación de 25 a 30 cm entre ellas. Si usas maceteros respeta esta distancia y si empleas potes pequeños para hacer el almácigo que sea una semilla por cada uno.

La lechuga se puede plantar casi todo el año y la cosecha puede producirse entre los 20 y los 65 días de la siembra. Se recolectan cuando tienen cierto tamaño y una cantidad de hojas “interesante” (no menos de 10). Se sacan directo del huerto o maceteros a medida que se van a consumir ya que si quieres almacenarlas se van “achicando” y las hojas “marchitando”.

Por ello se aconseja ir escalonando las siembras, es decir, no plantarlas todas al mismo tiempo. Sólo hay que tener cuidado de no dejarlas demasiado tiempo en la tierra ya que sobremaduran y su sabor es bastante amargo. Otro tip interesante es atar las lechugas unos quince días antes de cosecharlas para que estén blancas por dentro y que no ingrese agua en el interior, para evitar que se pudran.

¿Ya has cultivado tus primeras lechugas? Ingresa a esta selección de recetas de Perú, Canadá, Japón, México y Turquía donde encontrarás opciones para degustarlas y agasajar a tus seres queridos.

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