Claves y Trucos Para Reducir el Estrés

No hay dudas que el estrés es la enfermedad del siglo XXI y que por su causa, cientos de patologías se hacen presentes en nuestro cuerpo. El ritmo de vida que llevamos, las preocupaciones, el ajetreo de las ciudades, los problemas económicos y los trabajos sedentarios traen como consecuencia un aumento en los niveles de estrés. Conoce en este artículo algunas claves para eliminarlo de tu vida y vivir más feliz y relajado.

¿Cómo eliminar el estrés?

Esta es una pregunta que la mayoría de las personas (sobre todo los que viven en las urbes) se hacen a diario. Las consecuencias del estrés son desastrosas para nuestro organismo. Podría decirse que la totalidad de las enfermedades que padecemos son debido a una super producción de estrés. Como explican los médicos, un poco no está mal porque ayuda al cuerpo a estar alerta ante los peligros, pero el problema comienza cuando se desequilibra la balanza.

Algunos de los tips para eliminar el estrés que pueden ayudarte son:

• Busca estar en silencio: Cuando llegas a tu casa, recuéstate con los ojos cerrados y apaga todo lo que puede estar haciendo ruido, desde el móvil al televisor, el PC, etc. Cierra las ventanas para no dejar que el ruido del exterior ingrese. Aprecia el silencio, relájate. Aprovecha para tomar un baño de inmersión si lo deseas, pero nada de música ni de chequear los mails. Si tienes la posibilidad, viaja al campo los fines de semana o en algún feriado. El leve sonido de los pájaros, del viento o de un arroyo es realmente tranquilizante. ¡Experiméntalo!

• Haz meditación: Se trata de una práctica que te ayuda a calmar la mente y quitar las preocupaciones. Al principio no será sencillo que las ideas se instalen en tu cerebro. Pero, como dicen los maestros de meditación “haz que los pensamientos desaparezcan como las nubes se despejan en el cielo por la acción del viento”. Meditando al menos una vez a la semana (si puedes hacerlo todos los días, mucho mejor), no sólo calmarás tu mente, sino que además reducirás los latidos del corazón, bajarás varios cambios, te ayudará a vivir más tiempo, estarás más relajado y pocas cosas podrán ponerte nervioso.


• Toma un buen baño: Si tienes la oportunidad de disfrutar de un baño de inmersión con sales minerales, no lo dudes. Una vez por semana, o cuando has tenido un día complicado en el trabajo, llega a casa, llena la tina con agua tibia y comienza a disfrutar de ese mimo para el cuerpo y para el alma. Las luces deben estar tenues en el baño, puedes poner algunas velas e inciensos. Esto generará un ambiente mucho más tranquilo y relajado. Y no te olvides del primero de los consejos que te ofrecimos en este artículo, de apagar todo lo que genere ruidos molestos o indeseados. Con media hora de un baño de inmersión te sentirás realmente renovado.

• Lee algo que nutra tu alma: Si sólo lees las noticias, los informes del trabajo o los apuntes de la Universidad, seguro que relacionarás la lectura con una tortura y no con el placer que realmente es. Los libros de autoayuda o de superación personal, son realmente muy buenos para tu mente y para dejar de lado el estrés. Busca los títulos que llamen tu atención y que aporten algo positivo para tu vida. Lo importante es que lo disfrutes. Puedes aprovechar a leer mientras estás disfrutando de un día de campo o al hacer un baño de inmersión (¡ten cuidado de no mojar las hojas!). Puedes comenzar con uno sencillo como “El caballero de la Armadura Oxidada” de Robert Fisher y seguir con “Los cuatro acuerdos” de Miguel Ruiz, sólo por citar dos de los más conocidos.


• Experimenta las bondades de la aromaterapia: Los aceites esenciales son fundamentales para la relajación y tranquilizar nuestra mente. Lo mismo que los inciensos. Además tienen otras propiedades para la piel. Recuerda que siempre los debes diluir con agua tibia porque pueden irritar. Echa algunas gotas en el agua del baño o hazte masajes en los hombros o nuca, lugares donde con frecuencia se forman contracturas debido al estrés. Los aceites esenciales con mayores propiedades para calmarnos son la lavanda, la manzanilla, el jazmín, el sándalo y el naranjo.Puedes ver otras técnicas para una vida más sana aquí.

• Evita las noticias: Sobre todo por la noche antes de irte a dormir. Ver la televisión y enterarte de lo que ocurre en tu ciudad, país o el mundo entero quizás no sea lo más recomendado para eliminar el estrés, sino todo lo contrario. Lamentablemente, el periodismo actual considera “noticia” lo malo, las guerras, los accidentes, los crímenes, los reveses de la economía, etc. ¿Te imaginas un noticiero donde sólo se muestren historias bonitas? Bueno, hasta que eso se invente (es una excelente idea, ¿no crees?), evita estar pendiente de lo que ocurre en el mundo. No se trata de convertirte en un hermitaño o “vivir en una burbuja”, sino de hacer todo lo posible porque estas noticias no alteren tus nervios. No serás menos responsables por no leer los periódicos ni oír la radio.


• Disfruta aquello que te apasiona: Quizás en estos momentos no estés en el trabajo “ideal” o tengas muchos problemas económicos como para pensar en cambiar de empleo. Sin embargo, siempre tienes la posibilidad de hacer algo que te encanta después de las 5 de la tarde (o de la hora que salgas de la oficina). No dudes ni un segundo en perseguir y conseguir la tan anhelada felicidad, dedica tu tiempo libre a hacer lo que te llena el alma y te completa. Porque sin dudas, serán estas actividades las que te alejen del estrés, además de brindarte felicidad y una vitalidad nunca antes alcanzada. Puedes elegir el pasatiempo que más te guste. La clave está en que te llene de energías y te haga disfrutar de la vida, que no todo es trabajar y trabajar. Desde hacer deporte a un curso de cocina, pasando por andar en bicicleta a jugar con tus hijos. Elige lo que realmente te guste y olvídate de los problemas, tu jefe y los horarios.

Todavía quedan muchas más claves para que puedas eliminar el estrés de tu vida. ¡Presta atención a las próximas publicaciones de Siendo Saludable!

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Beneficios de la Comida Cruda (y Algunas Recetas)

Tal vez muchas personas crean que se trata de una “moda”, sin embargo, cada vez son más los que empiezan a alimentarse de manera cruda o “raw” en inglés. También conocida como alimentación viva tiene muchos beneficios para la salud. Se basa en que para que el cuerpo absorba todos los nutrientes de la comida, ésta no debe haber pasado por un proceso de cocción a cierta temperatura.

Por ello es que no está permitido hervir, hornear, asar ni freír los alimentos. De esta manera, el 100% de los minerales, vitaminas y proteínas, además del sabor y el aroma, permanecen y van directo a nuestro organismo.

La nutrición viva es un estilo de vida orgánico, donde se considera a la alimentación como una forma de alcanzar la salud integral. A través de la comid a raw, se garantiza la obtención de enzimas primordiales para el correcto funcionamiento de los órganos. Se eliminan de la dieta las harinas refinadas, los lácteos, los productos sintéticos, los aditivos, los conservantes y los azúcares refinados. Si bien los crudívoros no siempre son veganos, en su mayoría no consumen ningún tipo de derivado de origen animal.

¿Cuáles son los alimentos permitidos en la dieta raw?

Los alimentos que se permiten en la dieta cruda son:

• Vegetales


• Frutas


• Frutas secas activadas con agua


• Semillas, leguminosas y cereales germinados o brotados


• Hongos


• Algas marinas


• Aceites vegetales de primera prensa en frío


• Condimentos y especias naturales (hierbas)

¿Qué elementos se necesitan para preparar comida cruda?

Las herramientas que no pueden faltar en la cocina de quién desea seguir una alimentación viva son:

• Licuadora: En primera instancia, sino, lo mejor es un procesador de alimentos que tiene una mayor potencia y puede hacer pastas y cremas más homogéneas.


• Mortero: Se usa para machacar las semillas. Hay de diferentes materiales, desde madera a cerámica, pasando por piedra o caña.


• Germinados: La germinación es muy importante en la alimentación cruda. Se necesitan frascos de vidrio, bandejas plásticas, banditas elásticas y gasas limpias, además de cumplir con una buena rutina de limpieza.


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  Deshidratador: Es la herramienta más importante para preparar la mayoría de las recetas vivas. Sin embargo, al ser un poco costoso o difícil de conseguir en ciertos países, se puede usar el horno convencional, siempre y cuando se deje la puerta abierta y la temperatura al mínimo (no más de 40°C).

  
  


• Leches vegetales: Los lácteos de origen animal se sustituyen por los preparados con frutos secos y semillas. Sirven para todo tipo de preparaciones como ser patés, cremas, mousses, postres y licuados.

¿Cuáles son los beneficios de la alimentación viva?

• Revierte el proceso de envejecimiento, porque los alimentos crudos aportan una gran cantidad de antioxidantes y enzimas, cuyo objetivo es regenerar el organismo.


• Permite aprovechar mejor los nutrientes de la comida, como por ejemplo, minerales, proteínas, vitaminas, grasas saludables, hidratos de carbono, enzimas, fibras y fitonutrientes. Cuando existe un proceso de cocción, la temperatura altera o destruye estos elementos.


• Mejora las funciones del sistema inmune, por lo cuál, se elevan las defensas y nos enfermamos menos.


• Depura el organismo, ya que la mayoría de los alimentos es estado natural son desintoxicantes.


• Aumenta la energía y la vitalidad, por el gran aporte de hidratos de carbono de rápida asimilación, proveniente de los vegetales y las frutas, lo cual lleva a una vida más sana.


• Favorecer el proceso digestivo, evita úlceras, acidez y pesadez estomacal, evita el estreñimiento y estimula la producción de flora bacteriana en el intestino.
  
  

  

  
  


• Ayuda a mejorar las funciones mentales, evitando enfermedades degenerativas como el Mal de Alzheimer.


• Ayuda a adelgazar o a mantener el peso adecuado (siempre si se acompaña de ejercicio físico).


• Tiene beneficios a nivel salud/estético, como ser mejorar el estado de la piel, del cabello y de las uñas.


• Equilibra la coagulación sanguínea, regula los niveles de colesterol y elimina la grasa acumulada en la venas.


• Permite eliminar los residuos tóxicos (también conocidos como radicales libres) que producen enfermedades


• Mejora la fecundidad en ambos sexos, la audición y la visión.


• Cicatriza más rápido las heridas (internas o externas) y los hematomas.


• Mejora el sueño y el humor, deja de lado la depresión y el estrés.

3 Recetas de comida cruda

Tienes miles de opciones diferentes para disfrutar de la comida raw o viva. Algunas de las recetas más sencillas son:

• Endibias con guacamole: Necesitarás algunas hojas de endibia, una taza de guacamole, dos cucharadas de aceite de oliva y dos tomates secos. Primero lava bien las hojas de endibia y dispónlas en una bandeja, separadas entre sí. Para preparar el guacamole, tritura dos aguacates con medio pimiento rojo, un tomate, media cebolla colorada, una cucharada de perejil picado, dos cucharadas de zumo de limón, dos cucharadas de aceite de oliva, pimienta de cayena, pimienta negra, sal marina. Rellena las endibias con el guacamole. Dispón encima una rebanada de tomate y vierte aceite. Puedes condimentar con orégano, albahaca o tomillo.


• Raw Sushi Express: Los ingredientes necesarios para el relleno y montaje son hojas de lechuga, un pepino, unas hojas de rúcula, una pera, tomate deshidratado, pimiento rojo y semillas de sésamo integral. Para la crema verde precisas un aguacate, un zucchini, cilantro, pimienta de cayena, sal marina y agua. En la licuadora coloca todos los ingredientes de la crema verde y mezcla hasta formar una pasta homogénea (no demasiado líquida). Dispón en un plato una hoja de lechuga y luego siguiendo un orden, una tira o rebanada de pepino, pimiento, tomate rehidratado y pera. Unta la crema y cierra la hoja de lechuga.


• Falafel crudo: Necesitas una taza de semillas de girasol remojadas, una taza de almendras, perejil fresco, el zumo de un limón, aceite de oliva, comino, sal y cúrcuma. Licúa las semillas de girasol. Aparte muele las almendras. Mezcla y vierte los demás ingredientes. Con esta pasta realiza bolitas y llévalas al deshidratador (o al horno convencional). Sirve con ensalada de rúcula y aguacate. El falafel tradicional va acompañado con tabuleh, una ensalada deliciosa. La puedes hacer cruda sin problemas, ya que lleva tomates, perejil picado, trigo burgol hidratado con agua y zumo de limón.

¿Te has quedado con ganas de saber más sobre la comida viva? En algunos días podrás descargar una guía completa con recetas tanto saladas como dulces, para cualquier ocasión.

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Remedios Caseros para el Acné

El acné, una condición inflamatoria de las glándulas sebáceas, es típica de la adolescencia. Sin embargo, cada vez más adultos siguen padeciendo este problema que va más allá de lo estético. Si quieres eliminar el acné de tu rostro, cuello, hombros o pecho, puedes aprovechar las bondades de los remedios caseros.

Como se decía anteriormente, el acné se produce durante la pubertad y la adolescencia, debido a los cambios hormonales. Seis de cada diez jóvenes entre 12 y 24 años sufren de acné, en mayor o menor medida.

Sin embargo, después de esta etapa, muchas personas, siguen teniendo granitos o espinillas en las áreas críticas del rostro, los hombros, el pecho y el cuello. Esto puede deberse a la alimentación que llevamos, cargada de grasas y aceites, pero también a lo hormonal. Es por ello que las mujeres presentan más acné durante cierta etapa del ciclo menstrual o si consumen pastillas anticonceptivas.

¿Qué remedios naturales usar para el acné?

La buena noticia es que existen muchas recetas caseras que pueden ayudarte a eliminar de una buena vez esos granos horribles que no puedes tapar con nada. Si las combinas con una alimentación más saludable, ejercicio físico dos o tres veces a la semana y dos litros de agua por día, en cuestión de semanas, tendrás el rostro de porcelana.

• Corta una zanahoria en rebanadas y cocina con la menor cantidad de agua que puedas. Haz un puré y deja que se enfríe. Aplica en la piel afectada por el acné y deja actuar durante 20 minutos. Luego enjuaga con agua tibia.


• Corta un tallo de aloe vera o sábila y retira la pulpa. Aplica en los granitos varias veces al día para secarlos.


• Exprime el zumo de un limón y usa una bola de algodón o hisopo para colocar en forma directa sobre los granos. Recuerda que esto sólo puede ser hecho en la noche, porque si entras en contacto con el sol, tu piel se manchará. Por la mañana, retira con abundante agua tibia.


• Toma un diente de ajo y pártelo por la mitad. Frótalo sobre el área donde tienes acné, varias veces durante el día. Además te librará de los antiestéticos puntos negros.


• Mezcla ¼ taza de alcohol blanco con ¼ taza de agua destilada. Echa dos o tres dientes de ajo machacados y deja macerar durante dos días. Usa embebiendo una gaza y aplicando sobre el grano que tenga pústula.


• En un ¼ litro de agua, remoja durante 12 horas una cucharada de raíz de diente de león. Hierve, cuela y bebe de a sorbos en ayunas. Esto ayudará a depurar las toxinas que pueden estar produciendo acné y grasitud.


• Pela un pepino y rállalo (también lo puedes cortar en rebanadas bien finas). Remoja en ron y aplica en las áreas afectadas durante 20 minutos. Retira con agua templada.


• Mezcla tres cucharadas de avena con media taza de leche y bate hasta formar una crema espesa. Aplica en el rostro a temperatura ambiente y deja que actúe durante 15 minutos. Luego, enjuaga con agua tibia.


• Realiza una pasta con partes iguales de bicarbonato de sodio, vinagre de manzana y agua. Aplica en el rostro y deja que actúe 20 minutos, luego retira con agua fría.

• Pela una naranja y deja macerar la piel en agua por 24 horas. A la noche, ralla y mezcla con dos cucharadas de harina de avena y dos cucharadas de yogur natural, hasta formar una pasta homogénea. Aplica como si fuera una mascarilla en todo el rostro y deja 15 minutos. Repite dos veces a la semana.


• En una taza con agua hirviendo coloca dos cucharadas de hojas de albahaca seca. Tapa, deja que se enfríe y cuela. Cuando esté a temperatura ambiente, lava el rostro embebiendo un algodón y pasando por las áreas con acné.


• En media taza de agua hirviendo coloca tres cucharadas de hojas de té, tapa, deja reposar cinco minutos y cuela. Cuando esté a una temperatura que no queme, añade una taza de arcilla verde y mezcla. Tienes que obtener una pasta homogénea. Aplica una capa fina en la piel previamente lavada y seca, evita tomar contacto con la boca y el contorno de los ojos. Deja que actúe 20 minutos y retira con una buena cantidad de agua tibia.


• En un recipiente, mezcla una cucharada de avena molida, una cucharada de miel, una cucharada de yogur y el zumo de un limón recién exprimido. Cuando obtengas una mezcla homogénea, aplica esta mascarilla sobre la piel afectada por el acné, haciendo movimientos circulares. Haz un poco de presión en la nariz, la frente y la barbilla. Cuando hayan pasado 15 minutos, retira con abundante agua fría.


• En una taza de agua hirviendo, vierte una cucharadita de enebro y otra de pensamiento. Cubre y deja reposar por diez minutos. Filtra y bebe en ayunas. Repite por la noche, antes de cenar. Se trata de una infusión depurativa que te permite eliminar las toxinas del cuerpo, algo que probablemente tiene relación con la aparición del acné.


• Ralla dos o tres rábanos y deja macerar en vinagre de sidra, por 12 horas. Aplica este líquido (sin filtrar) para hacer una limpieza facial. Puedes repetir dos veces a la semana.


• Corta por la mitad una papaya y aplica la pulpa directamente en la piel afectada por el acné. Deja que se seque bien (por lo menos 10 minutos) y después enjuaga con agua templada.


• Machaca en el mortero o en un recipiente tres hojas grandes de col. El líquido que obtengas te servirá para embeber una bolita de algodón, con la cuál te pasarás por las espinillas o granitos producidos por el acné.


• Mezcla medio litro de agua mineral con una copa de vinagre de manzana y una cucharada de sal. Lava el rostro, el cuello y los hombros con este líquido todos los días, por la mañana y por la noche.


• Haz un batido con una remolacha y tres zanahorias, todo crudo. Vierte agua para que sea más líquido. Si no te gusta mucho su sabor, puedes endulzar con una cucharadita de miel. Bebe en ayunas para poder limpiar el organismo. Esto repercutirá en tu cutis.

Hay más trucos y remedios naturales aquí!

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Consejos Básicos y Prácticos para Cuidar el Medio Ambiente

¿Quieres ayudar al planeta y no sabes por donde empezar? No te preocupes, tienes a disposición cientos de maneras diferentes para cuidar el medio ambiente. Lo primero que necesitas es voluntad y ganas de cambiar algunos de tus hábitos. Puedes ir añadiendo de a uno los consejos que conocerás en este artículo o varios a la vez, como sea más fácil para ti.

Lo cierto es que proteger nuestra Tierra no es sólo una tarea para los ecologistas ni para personas que viven alejados de las grandes ciudades. Todos podemos (y debemos) ofrecer nuestro granito de arena para esta causa que nos influye cada uno de los seres que habitamos el planeta.

Consejos prácticos para cuidar el medio ambiente

Con estos buenos hábitos no sólo estarás prestando más atención a la ecología sino también mejorarás tu salud y hasta ahorrarás dinero. Así que, los beneficios son sin dudas, mayores que los perjuicios.

• Usa más los medios de transporte públicos: Si utilizas más el coche estarás emitiendo una gran cantidad de dióxido de carbono (en forma de smog). Imagina que en tu vehículo sólo pueden viajar cinco personas como máximo. En el autobús, más de treinta. Si dividimos la emisión de CO2 de un transporte público por todos los pasajeros, será mucho menor que lo que ocurre en el coche. Otras alternativas son comprar un coche eléctrico o usar la bicicleta. Aunque para empezar, el metro puede ser la solución.

• Compra productos que tengan certificación ecológica: Esto nos garantizará que la comida es sana o que no se ha contaminado al planeta para la fabricación. Si adquieres artículos con este sello sabrás que no se han vertido desechos al agua, que no se echan pesticidas ni que provienen de muy lejos (el transporte de mercadería es una de las mayores fuentes de contaminación que existen). Prefiere alimentos orgánicos y de producción local, siempre de estación y frescos. Por más de que te tienten unos nachos de México o unas frutas de Brasil, reduce su consumo en la medida de lo posible. Los productos autóctonos requieren menos gasto de energía para su envío y además son más baratos.


• Presta atención a la calefacción y la refrigeración: Durante el invierno, es una gran tentación poner lo más alto posible la calefacción, y lo contrario ocurre durante el verano. Sin embargo, esto no sólo gasta mucho en gas o electricidad, sino que además, hace mal al medio ambiente, porque aumenta la huella de carbono. Así que, mejor que te pongas un sweater o que cierres las persianas donde da el sol en lugar de derrochar en acondicionamiento del hogar.


• Recicla: Se trata de una de las acciones más sencillas para hacer en favor del planeta y como una manera de combatir el calentamiento global. Y la buena noticia es que lo puedes hacer en cualquier sitio, desde tu vivienda hasta el trabajo o la escuela. Ya con el hecho de separar tus residuos según el material con que están hechos, estás ayudando bastante. Trata de reutilizar los envases o comprar en tiendas donde te permitan llevar tu propio recipiente (por ejemplo, para los productos de limpieza). Separa en diferentes cubos de basura el plástico, el vidrio, el metal y los desechos orgánicos. Lleva los productos puntuales como electrodomésticos o botes de pintura a centros que se especialicen en reciclarlos.

• Riega por goteo: El gasto de agua que se produce cada vez que regamos las plantas de nuestro jardín se puede reducir si instalamos un sistema simple llamado “por goteo”. Básicamente, se trata de unas mangueras o tubos con agujeros bien pequeños que se colocan como una serpentina alrededor de los maceteros (también muy buena idea si tenéis una huerta). Luego, abres el grifo durante unos minutos y dejas que el agua vaya directamente a donde se necesita. Existen opciones más tecnológicas, automáticas, donde puedes programar el horario en que se abre y se cierra el grifo o la cantidad de agua que deseas usar.


• Haz compost: Con los desechos orgánicos (cáscaras, restos de vegetales y frutas) puedes conseguir tierra negra de una calidad superior para luego usar en tus plantas, flores o cultivos. Si no tienes demasiado espacio en casa, no te preocupes, cualquier recipiente te puede ayudar. Y si no sabes donde usar el compost resultante, consulta con tus vecinos o familiares, seguro que te aceptarán esa tierra excelente para usar como abono. Lo bueno es que si haces compost, estarás reduciendo los desechos orgánicos en el vertedero municipal, evitando que esto se pudra, genere mal olor y proliferación de enfermedades.


• Apaga las luces que no estés utilizando: No hace falta que instales un sistema donde las luces se van apagando a medida que vas pasando (aunque sería una excelente idea). Simplemente tienes que incorporar el hábito de, apenas salir de un ambiente, presionar el interruptor. A su vez, sustituye las bombillas por aquellas de bajo consumo o LED. Ahorrarás mucho dinero en la factura de la electricidad y también reducirás tu huella de carbono. Cuando vayas al mercado, no te asustes por el precio de las bombillas bajo consumo. Es verdad que cuestan más que las tradicionales, sin embargo, duran hasta diez veces más y gastan menos. Así que, en definitiva, estarás ahorrando, aunque al principio debas hacer una inversión para tenerlas en tu casa.

• Planta árboles: Si no tienes lugar en tu casa, puedes hacerlo en un parque (siempre pidiendo autorización). Existen cientos de asociaciones y fundaciones que se encargan de ello. Sé voluntario y participa en las jornadas de reforestación. Los árboles tienen muchas ventajas, porque además de darnos sombra y frutos, también absorben las emisiones de dióxido de carbono, a la vez que devuelven oxígeno al aire. Y como si fuera poco, detienen las inundaciones y reducen la temperatura del ambiente en verano

Más tips para cuidar el planeta

Estas acciones más puntuales también son muy buenas para el medio ambiente:

*Infórmate sobre la problemática ambiental en tu barrio o ciudad.

*Actúa aunque los que te rodean parezca no importarles el planeta.

*Elige productos que no estén envasados en plástico.

*Lleva una bolsa al hacer la compra.

*Compra productos de limpieza o de belleza que se elaboren con ingredientes naturales.

*Prefiere la ropa hecha con algodón orgánico.

*Viaja menos en avión.

*Compra electrodomésticos que consuman menos electricidad (con la certificación “A”)

*Tapa las ollas cuando hiervas agua.

*No dejes el grifo abierto cuando te cepillas los dientes o te afeitas.

*Reduce el tiempo que tardas en bañarte.

Hay muchos más trucos sobre ecología y medio ambiente aquí!

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Deliciosas recetas para comer más vegetales

Creemos que comer verduras es aburrido o que no hay maneras diferentes para preparar tal o cuál vegetal. Nada más alejado de la realidad! Existen millones de recetas diferentes para que nos sólo tú, sino también toda tu familia (hasta los niños o el más carnívoro de la casa) quiera servirse otra porción colorida, nutritiva y deliciosa de vegetales.

Pastas de calabacín

Es una excelente idea para dejar de consumir tantas harinas, sobre todo las refinadas que nos hacen bastante mal. Si no quieres privarte de disfrutar de unas buenas pastas y a la vez, si estás buscando una manera de que tus hijos coman más vegetales. Y como si todo esto fuera poco, es una receta que se hace en pocos minutos.

Los ingredientes son: 1 calabacín, 2 dientes de ajo machacados, 2 cucharaditas de aceite de oliva, una pizca de sal, pimienta negra molida, dos cucharadas de agua y queso parmesano rallado.

La preparación es más que simple: Corta en largas cintas los calabacines, para que queden como spaghettis o tallarines. Calienta a fuego mediano el aceite de oliva con el ajo. Añade las tiras de calabacín y revuelve. Salpimenta a gusto, añade el agua y remueve durante tres minutos. Sirve con queso parmesano.

Vegetales asados

No sólo los vegetarianos pueden disfrutar de este manjar. Esta receta es perfecta para quitarnos el concepto que sólo se puede asar carne. Especial para los que están haciendo dieta, por ejemplo y para los que no quieren sólo consumir ensaladas.

Los ingredientes (para 6 porciones) son: 7 zanahorias peladas y cortadas en rebanadas grandes, 2 pimientos rojos cortados en trozos medianos, una cebolla en rodajas, dos cucharadas de aceite y una cucharada de sal marina. Como opcional, salsa de soja.

Precalienta el horno a 200°C y coloca todos los ingredientes en un recipiente apto para hornear. Vierte el aceite y la sal. Tapa con papel de aluminio y lleva al horno durante 1 hora. Al momento de servir, esparce la salsa de soja si lo deseas.

Soufflé de coliflor

El coliflor no es una de las verduras más amadas, eso no hay dudas, sobre todo en el caso de los niños. El problema reside en que si la consumimos hervida nada más, puede llegar a aburrirnos (y hasta odiarla en casos extremos). Entonces, esta receta de soufflé de coliflor es perfecta para que todos puedan aprovechar las propiedades de una de las verduras más ricas en vitaminas y proteínas que existe. Es recomendada en mujeres embarazadas y niños pequeños. Por ello es que resulta imprescindible aprender a cocinarlo de una manera más sabrosa o llamativa.

Los ingredientes son: medio kilo de coliflor, 6 cucharas de harina integral, 6 huevos, media cucharadita de pimienta molida, 6 cucharadas de mantequilla, 2 tazas de leche desnatada, una cucharadita de nuez moscada y sal a gusto.

Para preparar el soufflé de coliflor, lava la verdura y córtala en ramitas. Colócala en una olla con agua y sal. Cocina durante cinco minutos desde que hierve. Cuela y reserva. Calienta en una cazuela la mantequilla y luego mezcla con la harina, removiendo para que no se formen grumos. Vierte la leche y sigue mezclando. Lleva de nuevo a fuego medio y apaga recién cuando se forme una salsa espesa y homogénea. Agrega el coliflor. Aparte bate los huevos con la nuez moscada y un poco de sal. Vierte allí la salsa de coliflor y luego de mezclar bien, en un molde engrasado y enharinado. Debes ponerlo en el horno sobre otro recipiente con agua (a baño maría) durante una hora. Para saber si ya está, introduce un cuchillo en el centro, si sale limpio, puedes sacar del horno. Desmolda y sirve.

Croquetas de espinacas y piñones

Gracias a esta receta estaremos luchando contra dos “flagelos” de la cocina, por un lado el de no querer comer verduras y por el otro, el no conocer las bondades de los frutos secos. Disfrazar estos ingredientes en un platillo es una excelente solución. Ya no basta con decirle a los niños que serán fuertes como popeye ni al esposo que la espinaca sirve para verse más joven y bajar la panza. Hay que utilizar artillería un poco más pesada.

Los ingredientes para hacer estas croquetas son: 300 gramos de espinaca cruda, 150 gramos de cebolla, dos dientes de ajo, 50 gramos de piñones, 350 ml de leche (desnatada en lo posible o de vegetales), 6 cucharadas de harina (mejor si es integral), nuez moscada, sal y pimienta.

Pica los ajos y la cebolla lo más fino que puedas. Rehoga en una sartén con un poco de aceite o rocío vegetal. Hierve las espinacas con agua durante cinco minutos, escurre bien. Coloca las verduras en la sartén y los piñones enteros. Añade la harina y mezcla bien. De a poco la leche, la pimienta y la nuez moscada. Cuando se endurezca un poco es momento de apagar el fuego. Deja que se enfríe. Las porciones pueden hacerse tomando como medida una cuchara. Arma bolitas y reboza con un huevo batido y empana con avena o harina de centeno. Puedes ahora freír o si quieres una opción más sana, cocinar en el horno.

Patatas asadas con espinacas

¿Estás cansado de siempre comer puré de patatas? ¿Quieres dejar de consumir patatas fritas aunque sean caseras? Entonces, esta receta es perfecta para ti. Una cena rápida, perfecta para cuando regresas del trabajo, abres la nevera y no sabes que preparar para comer. Es muy fácil por si los dotes culinarios no han sido de tu partida de habilidades y a la vez, tiene todas las propiedades de dos verduras como son las patatas (que no pueden faltar nunca en el hogar) y las espinacas (ya nos hemos referido a Popeye en este artículo, así que nos queda decir que este vegetal nos aporta una gran cantidad de agua, vitamina C y calcio con muy pocas calorías).

Los ingredientes son: 4 patatas grandes peladas, medita taza de mantequilla o aceite, media cucharada de eneldo fresco picado, ¼ taza de leche, ¼ taza de crema o nata para cocina, 1 cucharadita de sal marina, 1 cucharada de crema agria o yogur griego, 6 tazas de espinacas cocidas y media taza de queso parmesano rallado.

Precalienta el horno a 200°C. Coloca aceite sobre las patatas y espolvorea con sal. Hornea una hora, puedes envolverla en papel aluminio. Corta una rebanada en la parte superior de la patata, vacía y coloca la pulpa en un recipiente. Repite con las demás. Mezcla con el eneldo, la crema, la sal, la pimienta, la crema agria y la espinacas y la mitad del queso parmesano. Vuelve a rellenar las patatas, lo que reste lo dejas a la vista. Espolvorea con la otra mitad del queso y gratina en el horno durante unos minutos.

Vista esta sección por más recetas naturales!

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Cómo tener una vida más sana (parte II)

Si has visto la primera parte de cómo tener una vida más sana, en esta segunda entrega, aprenderás algunos consejos más que útiles para que puedas llevar una vida saludable, te enfermes menos, cuentes con más energía cada día y disfrutes de todo lo que te rodea.

Evita los cambios bruscos de temperatura: El sol, el calor, la nieve o el frío excesivos son dañinos para nuestra salud. En el caso del sol, por ejemplo, es bueno en cierta medida, porque si la exposición es frecuente y sin un factor de protección adecuado, puede causarnos problemas en la piel, desde quemaduras hasta cáncer. Entonces, antes de ir a la playa o pasar el día al aire libre, una buena crema con filtro solar alto es vital. Aunque la idea sea broncearse, no podemos tumbarnos en la playa al mediodía sin nada de protección. En el caso del frío excesivo, también tiene sus consecuencias negativas: envejecimiento prematuro y menor cantidad de defensas para luchar contra los virus y las bacterias que generan enfermedades. El calor del verano en las horas más intensas nos puede causar deshidratación y mareos y la nieve, quemaduras en la piel por el reflejo con el sol.

Bebe una buena cantidad de agua por día: Se dice que la medida justa son dos litros diarios, para poder equilibrar lo que perdemos con las actividades o con los procesos que lleva a cabo nuestro cuerpo. Sin embargo, esto puede resultar poco en ciertos momentos del año o dependiendo las cosas que hagamos. Por ejemplo, en verano se aconseja beber tres litros y lo mismo si hacemos ejercicio físico de moderado a intenso. Recuerda que dentro de esa medida no sólo cuenta el agua sino que podemos sumar tés e infusiones sin leche y zumos naturales (que estén exprimidos en casa, no los comprados). No esperes a tener sed para beber agua, lleva a todos lados contigo una botella cargada y cuando estés trabajando, colócala a la vista, por si aún no tienes el hábito y a veces se te olvida hidratarte.

Bebe con moderación y no fumes: Una copa de vino tinto con las comidas, está permitido. Beber una cerveza con tus colegas a la salida de la oficina o en una fiesta de vez en cuando, también. Está comprobado que el alcohol moderado en las comidas hace bien para la salud cardiovascular, por ejemplo. Pero cuidado con los excesos, ya que lo que se resiente es el hígado, un órgano más que importante. El alcohol es una toxina que se debe eliminar por completo para que no cause problemas. Será más sencillo entonces excretar una medida que varias todos los días. Y en cuánto al cigarrillo, es de lo más dañino que existe. No sólo el tabaco, sino también la nicotina (lo que genera la adicción) y los químicos que añaden las empresas. El cáncer de pulmón es sólo uno de los problemas relacionados a fumar. Si tienes este mal hábito, has lo posible por dejarlo cuanto antes, en seguida ya empezarás a notar los cambios en tu cuerpo.

Presta atención a las manchas en la piel: Se recomienda ir una vez al año al dermatólogo para que analice el estado general de la dermis y que se realicen las pruebas pertinentes a ciertas manchas o lunares de procedencia dudosa. Si llevamos una dieta saludable, no comemos demasiadas grasas ni harinas, hacemos ejercicio periódicamente y bebemos agua, la piel tiene que estar sana. Y en el caso de necesitar un tratamiento por algo en específico, como puede ser el acné o la dermatitis, podremos curarnos más rápidamente.

Mantén una buena salud bucal: Cepíllate los dientes tres veces al día, una al levantarte, otra después de almorzar y la tercera antes de dormir. Así evitarás caries o formación de placa que genera halitosis (mal aliento) o manchas en los dientes. Evita ciertas bebidas como el café o el té porque alteran el color natural del esmalte. Un remedio casero para cepillar los dientes incluye bicarbonato de sodio y agua. También puedes usar un enjuague natural de agua con hojas de menta para eliminar todo resto de comida. No te olvides de cepillar la lengua y las paredes de la boca.

La mente, siempre en movimiento: Existen muchas actividades que podemos hacer para mantener el cerebro trabajando. Al ser un músculo, necesita ejercicio para no atrofiarse. La lectura de novelas, las cuentas matemáticas sin usar la calculadora, el sudoku, los crucigramas, las palabras cruzadas, los puzzles, el ajedrez o los juegos de ingenio son muy buenas ideas para ejercitar la mente. Así estará atenta y saludable y retrasaremos la posibilidad de padecer enfermedades degenarativas como el Mal de Alzheimer o la arteriosclerosis.

Escucha música que te agrade: Algo que también hace muy bien a la mente y al corazón. La música nos permite relajarnos, bailar y hasta recordar momentos del pasado. Y como se ha confirmado con ciertos estudios, nos ayuda a mejorar el sistema inmunológico, por lo cuál, evita que nos enfermemos. La música placentera aumenta una proteína especial que combate las infecciones bacterianas y reduce los niveles de estrés. Podemos usarla para divertirnos, mejorar el ánimo, hacer ejercicio, juntarse con amigos a bailar o hasta aprender sobre una cultura diferente.

Evita consumir mucha sal: El cloruro de sodio, más popularmente llamado sal es mala para la salud si se la consume en exceso. Como primera consecuencia negativa podemos encontrar que eleva la presión arterial, lo que se convierte en el futuro en hipertensión. También conlleva problemas renales y retención de líquidos en los tobillos, así como también problemas de acidez. Si quieres usar una sal más sana, opta por la sal marina o la Himalaya (que es de color rosa). Y trata de no añadir más sodio a tus comidas que ya están preparadas. Algunos secretos para reducir el consumo de sal: no lleves el salero a la mesa y sólo echa durante la cocción o preparación de los alimentos.

Ten mascotas: Son sin dudas nuestros amigos más fieles y son muchas las virtudes de tener un perro o un gato en casa. Por ejemplo, son un antidepresivo muy poderoso, hacen que los niveles de ansiedad se reduzcan, eliminan el estrés y bajan la presión arterial. Son perfectos para los que viven solos y muchos creen que los gatos tienen la capacidad de curar enfermedades sólo con su ronroneo.

Sé más sociable: Y no sólo las mascotas son buenas para nuestra vida, sino también los seres humanos. Pertenece a un círculo de amigos y sé más feliz, así de simple. El aislamiento, por el contrario, no trae nada bueno a la salud. En esta época de tantas redes sociales y teléfonos móviles, una charla en un café o un parque es una buena terapia para cualquier dolor. Recuerda pasar por nuestra sección de Vida Sana para tener más consejos!

Para ver la entrada completa haz click aquí: Cómo tener una vida más sana (parte II) - De Nuestro Blog www.SiendoSaludable.com

Tips para una vida saludable

Llevar una vida más sana es posible. Por más de que la televisión esté repleta de publicidades de comida rápida y parezca que en el mercado no hay más lugar para las frutas y los vegetales. La posibilidad de cambiar tus hábitos depende pura y exclusivamente de ti.

Recuerda que por un lado, “somos lo que comemos” y por el otro “nos mantenemos según lo que hacemos”. Así que, ya es tiempo de que empieces a pensar un poco más en tu salud. No es para nada difícil. Tal vez te resulten abrumadores tantos consejos en un mismo artículo, pero la buena noticia es que puedes ir cambiándolos de a poco.

Está comprobado que se necesitan tres semanas completas para adquirir un nuevo hábito. Así que, ya que un año tiene 52 semanas, tienes la capacidad suficiente como para cambiar 17 cosas de tu vida diaria, si es que haces una sola modificación por vez. El objetivo es que cuando hayas adquirido ese hábito, lo mantengas aunque empieces a trabajar en el siguiente.

Como la mayoría no son tan complicados de seguir, puedes ponerte la meta de cambiar en 180° en 12 meses. ¡Que sea el deseo para el próximo 1° de Enero!

¿Qué hacer para tener una vida más sana?

Todo aquello que esté a tu alcance para mejorar es bienvenido. No es preciso que logres el cuerpo de los modelos de las pasarelas ni que bajes 20 kilos. Con sentirte con más energía, para empezar, alcanza y sobra. Si te mantienes joven (no sólo en apariencia), podrás vivir muchos más años, tu sistema inmune estará más reforzado y disfrutarás como corresponde. Todo ello está relacionado a la dieta que llevas y a la actividad física que realizas.

Ten en cuenta estos tips para poder llevar una vida mucho más saludable:

Lleva un dieta repleta de vegetales y frutas. Una alimentación adecuada y equilibrada te servirá para desintoxicar el cuerpo de todo aquello que te hace tan mal, incluyendo las grasas y los radicales libres (que son los causantes de muchas enfermedades). Además, tanto las frutas como los vegetales previenen el envejecimiento prematuro de las células. Cada día, consume dos piezas de frutas y al menos una porción de vegetales. Si están crudos, mejor. Sino, al vapor. Ten en cuenta que cuánto más colorida sea tu comida, como por ejemplo, una ensalada, más vitaminas, proteínas, nutrientes y minerales te aportará. También puedes visitar nuestra sección de remedios naturales.

Haz ejercicio a diario. Es verdad que a muchas personas no les gusta el deporte, pero es esencial practicarlo. La buena noticia es que existen cientos de disciplinas y opciones diferentes para elegir. Tal vez todavía no has hallado lo que realmente te apasione. La actividad física es muy importante para mantener tu salud. Comienza con una rutina simple, tranquila y de baja intensidad. A medida que vas teniendo más experiencia y resistencia, puedes hacerla más difícil. Camina en vez de tomar el autobús, usa las escaleras en lugar del elevador, haz la compra en bicicleta, limpia tu casa de manera más frenética.

Descansa lo suficiente. Todavía no está claro cuántas son las horas que una persona necesita dormir cada día. Algunos científicos indican que son seis horas, otros siete y están los que afirman que son ocho. Sin embargo, todo depende de varios factores. Por ejemplo, la cantidad de actividades que se realicen cada día, el desgaste físico, la edad, etc. Habrá algunos momentos en que el cuerpo nos pedirá descansar más que otros. Esto es algo muy frecuente en las mujeres, ya que los cambios hormonales pueden ocasionar más sueño en ciertas etapas del período menstrual o cuando están embarazadas. No te prives de dormir cuando lo necesites y si cuentas con la oportunidad (o el privilegio) de dormir una hora la siesta, no lo desaproveches.

Aprende a escuchar a tu cuerpo. Las señales que nos ofrece el organismo no siempre son oídas ni mucho menos bien interpretadas. El idioma de los sentidos es el que utiliza para hacerse entender. Pero es necesario estar bien atentos. Un ejemplo muy puntual es el del dolor, o el de la fiebre. De esta manera, nos está avisando que algo no está bien. Cuando nos sentimos con falta de ánimo o decaídos, puede ser que estamos incubando una enfermedad o estamos demasiado “pasados de revoluciones”. Es preferible que hagas un alto en tus actividades, que faltes al trabajo dos días y que aproveches a recargar las baterías en esos casos.

Evita el estrés crónico. Un poco de estrés es necesario en nuestra vida. Pero nunca hay que exagerar. Uno de los problemas principales de los adultos en la actualidad es que las presiones, las obligaciones y las cuentas hacen que la hormona del estrés aumente y se desborde como el caudal de un río después de una tormenta. Lo que quiere decir, es que las defensas se bajan y el cuerpo no tiene cómo protegerse. ¿Te has puesto a pensar por qué razón caes enfermo al menos dos veces al año? Bueno, puede que el estrés tenga bastante que ver en ello. Otros de los síntomas del estrés son el insomnio, la fatiga crónica, la hipertensión, la acidez o las úlceras estomacales y los ataques cardíacos. El consejo es igual que el anterior, disminuye las revoluciones de tu cuerpo, baja un cambio como en el coche, haz lo necesario para estar más tranquilo. Puedes hacer actividades relajantes como el yoga, la natación, leer un buen libro bebiendo una taza de té, darte un baño de inmersión o escuchar buena música antes de dormir.

Cuida tu piel. Es el mayor receptor de los gérmenes que están a nuestro alrededor. Mantén siempre la salud de la piel para evitar que entren las bacterias a través de los poros. Y también, para verte mucho más bonita. Si la mantienes limpia e hidratada, si retiras las capas muertas y eliminas las toxinas, lucirás mucho mejor. Puedes usar cremas de limpieza caseras, como las que están hechas a base de yogur, aceite de oliva, aguacate o avena.

No te pierdas la segunda parte de esta guía para disfrutar de una vida más saludable!

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