10 Tratamientos Naturales para tus Dolores Musculares

Quién nunca haya sufrido de un dolor muscular, que arroje la primera piedra. Todos hemos padecido alguna vez un dolor agudo en el cuello, la espalda, los hombros, la cintura, etc. Son bastante frecuentes pero no por ello debemos acostumbrarnos a ellos. En este artículo encontrarás una guía sobre los dolores musculares para que estés atento.

¿Por qué nos duelen los músculos?

Las razones son variadas y están relacionadas a la tensión, la sobrecarga, la lesión, el trabajo físico repetitivo, las posturas incómodas y algunos tipos de ejercicio. En los tiempos que corren es más común sufrir dolores musculares producto de estar sentados todo el día frente a un escritorio, no dormir las horas necesarias (entre 6 y 8), no hacer ejercicio, estar estresados, etc.

También pueden estar ocasionados por ciertos tipos de empleos donde subimos y bajamos la espalda, cargamos objetos pesados, caminamos de aquí para allá. Pueden traer como consecuencia otros problemas como ser dolor de cabeza, mareos, problemas para dormir, dolor ocular, todo depende de la zona donde está ubicada la contractura.

Las áreas más comprometidas en los dolores musculares son el cuello, la espalda alta y la espalda baja. Esto repercute en la capacidad de concentración, en la postura al sentarse, en la necesidad de descansar más.

Los dolores en los músculos también pueden estar causados por una infección viral (como puede ser la gripe), el consumo de ciertos medicamentos, trastornos en la glándula tiroides, dormir mal o tener fiebre.

¿Cómo prevenir los dolores musculares?

Cuando sufrimos de sobrecargas o lesiones musculares, es preciso descansar en general, pero sobre todo el área afectada, durante 24 o 48 horas. El reposo permite a los músculos recuperarse de los daños.

Puedes aplicar calor para aliviar o bien frío. En el primero de los casos, con una almohadilla eléctrica o calentada en el horno (a la vieja usanza) o bien dándote baños de inmersión o duchas bien calientes. En el segundo, con cubos de hielo envueltos en un paño (nunca directos contra la piel porque se puede quemar). Algunas personas optan por alternar la aplicación de frío y calor. Puedes probar esa alternativa.

Los masajes son un excelente remedio y también preventivo para los dolores musculares. Por más de que no te duela la espalda, por ejemplo, no dudes en ir a una sesión de masajes para que los músculos estén más elásticos.

Lo mismo ocurre al hacer ejercicio de manera regular, siempre prestando atención a las cargas y a las posibilidades que tenemos (la edad, la contextura física, si padecemos alguna enfermedad, etc). Caminar, andar en bicicleta, llevar a pasear al perro, nadar, bailar y hacer yoga son las mejores opciones para evitar dolores musculares. También es bueno realizar ejercicios de estiramiento o elongación aunque no se practiquen deportes. Una rutina completa te lleva 10 minutos y te ayuda a evitar muchos dolores y problemas. Lo puedes hacer en casa, en la oficina o en un parque.

A su vez, evita las actividades aeróbicas de alto impacto como por ejemplo el spinning y también el levantamiento de pesas.

Algunas prácticas o hábitos más saludables te pueden ayudar a reducir o evitar los dolores musculares. Asegúrate de dormir bien, de reducir el estrés, de hacer yoga, de meditar y de eliminar la ansiedad, los nervios o la depresión.

¿Sabías que las vitaminas del complejo B tiene propiedades analgésicas y al mismo tiempo ayudan a relajar los músculos y el sistema nervioso? Si sueles sufrir mucho de dolores musculares, quizás deberías comenzar a consumir más alimentos que ofrezcan vitaminas B1, B6 y B12. Algunos ejemplos son: levadura de cerveza, algas marinas, arroz integral, espinacas, pimientos, germen de trigo y semillas de girasol. Otros alimentos beneficiosos son los que aportan vitaminas A y C y ácidos grasos Omega 3. Evita el exceso de sal, azúcar, bebidas alcohólicas y alimentos procesados porque aumentan la inflamación.

¿Has pensado en la aromaterapia para evitar y reducir los dolores musculares? Algunos aceites esenciales te pueden ayudar a relajar las tensiones, dormir mejor y no estar contracturado. Los más aconsejados son los aceites de romero, pino y eucalipto. Además de perfumar tu hogar, puedes usarlos para aplicar en la piel (siempre diluidos con aceite de oliva, de girasol o de almendras). Coloca dos veces al día, una al levantarte y otra al acostarte.

¿Cuándo tengo que ir al médico?

A veces, las contracturas o dolores musculares no mejoran, van en aumento y son cada vez más insoportables. Esta es una buena razón para ir al médico, por ejemplo. Si el dolor es por causa de un golpe, una caída o una torcedura, también. No dejes de acudir a la consulta si el malestar es constante aún cuando estás acostado o descansando, si el dolor sigue por más de 72 horas continuas o va en aumento, si hay cambios en la coloración de la piel y si los síntomas están acompañados de otros signos como ser fiebre, dolor de cabeza, náuseas, visión doble, vómitos y desmayos.

Es preciso que seamos muy cuidadosos y prestemos atención a las señales cuando nos duelen los músculos. Si no hacemos nada para reducir el dolor, éste se puede volver crónico y causar mucho malestar.

En la siguiente entrega te contaremos recetas y remedios naturales para los dolores musculares. ¡No te lo pierdas!

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Rutina de ejercicios de estiramiento

Ya te hemos contado antes cuáles son los beneficios de los estiramientos. Ahora es momento de que empieces a practicar. Seguro te estarás preguntando ¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Dónde? No te preocupes, en este artículo te lo contamos.

El estiramiento no sólo es para los que hacen un deporte o para los que están aburridos, nos sirve para poder mejorar la flexibilidad, evitar dolores musculares, reducir el sedentarismo, mejorar la circulación de la sangre, reducir el estrés, mejorar la postura, incidir en nuestro humor o salud mental e incrementar la movilidad de las articulaciones.

¿Cuáles son los mejores ejercicios de estiramiento que existen?

Antes de comenzar es bueno que recuerdes que cada persona se estira hasta donde puede, aunque el ejercicio indique que, por ejemplo, se ha de llegar con las manos a las puntas de los pies. Si ahora no lo logras, no te sientas triste ni creas que estás haciendo las cosas mal. Simplemente te falta práctica y algo de flexibilidad, cosas que puedes conseguir si sigues la rutina varias veces a la semana (en lo posible, hazla todos los días).

Es preciso ser muy respetuosos con nuestros músculos y al mismo tiempo, aprender a escuchar lo que el cuerpo nos indica. Si te duele mucho una pierna, un brazo, la espalda, etc, quizás se deba a que estás sobre exigiendo esa zona. Pídele un poco más a tus rutinas cada vez, pero sin exagerar.

Ejercicios para estirar el cuello y la espalda

Posición del elefante: De pie, con las piernas ligeramente separadas, inclina el tronco hacia adelante bien despacio, tocando los pies con las manos, también puedes sostener los tobillos. Mantén esta postura unos segundos y regresa al principio, siempre despacio, para evitar marearte. Haz cinco repeticiones. Estirarás toda la espalda, los brazos y la cabeza.

Ejercicio de flexión y oblicuos: Siéntate en el suelo o en una colchoneta, abre las piernas lo más que puedas, levanta los brazos para que queden a los costados de la cabeza. Doble el torso hacia adelante, para que las manos toquen el piso (o hasta donde puedas). Mantén la posición unos segundos y regresa a la inicial. Haz lo mismo que antes pero en lugar de doblar el tronco hacia adelante, dóblalo hacia la rodilla derecha y trata de tocar la punta del pie. Repite con el lado izquierdo. En total, esa es una repetición. Haz 9 más.

Estiramiento de la cintura escapular: De pie y con las piernas un poco separadas, pasa el brazo derecho por delante del pecho y con la mano izquierda presiónalo hacia el cuerpo a la altura del codo. Haz 10 repeticiones con cada lado.

Ejercicios para estirar el tórax

Tumbado boca abajo: Colócate en el piso o colchoneta boca abajo. Apoya las palmas de las manos en el suelo, los codos quedan hacia atrás, paralelos al piso. Estira los brazos para que el torso se levante. Tira hacia atrás la cabeza y encorva un poco la espalda (con cuidado). Vuelve al inicio y repite 10 veces en total. Recuerda que lo único que se mueve es de la cintura para arriba, el resto queda estático y bien apoyado en el suelo.

Estiramiento con apoyo: De pie y al lado de una pared, columna, mueble, lo que sea que te ayude a apoyarte. Abre un poco las piernas y estira el brazo derecho en su totalidad, para tocar el punto de apoyo. Ejerce presión con esa mano, abriendo bien el tórax cada vez. Repite con la otra mano.

Rotación con apoyo: De la misma manera que el ejercicio anterior, pero ahora realiza movimientos circulares con la cadera, para un lado y para el otro.

Ejercicios para estirar los muslos

Inclinación para adelante: Siéntate en el suelo con las piernas juntas estiradas hacia adelante. Estira los brazos para que queden paralelos al piso y a las piernas. Dobla el tronco hacia adelante y toca con las manos las puntas de los pies. Mantén un poco y regresa a la posición inicial. Cumple con 10 repeticiones.

Acercar las piernas: Este es un ejercicio que requiere de un poco de equilibrio (que puedes conseguir con la práctica o con el yoga). Por lo tanto, para empezar, será mejor que te apoyes de algo firme como puede ser la pared, una silla, un mueble, la puerta, etc. De pie y con las piernas juntas, lleva un pie hacia atrás para que toque los muslos. Sostiene con la mano desde el tobillo. Ejerce cierta presión para notar el trabajo. Haz lo mismo con la otra pierna.

Paso hacia adelante: Ponte de pie y con las piernas juntas. Da un paso adelante con el pie derecho y dobla la rodilla a 90° en relación a la pantorrilla. La pierna izquierda se estira totamente. Las manos se colocan encima de la rodilla doblada. La espalda lo más recta posible, algo erguido hacia adelante para mantener el equilibrio. Mantén la postura y regresa a la posición inicial. Repite con la otra pierna.

Paso hacia el costado: De pie y con las piernas abiertas, gira un pie hacia el lateral y dobla la rodilla. La otra pierna se estira completamente. Es similar al ejercicio anterior, pero de costado. El brazo de la pierna flexionada se apoya en el muslo y el brazo de la pierna estirada en la rodilla elongada.

Posición de la rana: Sentado en el piso, junta las plantas de los pies por delante del cuerpo. Las rodillas te quedarán elevadas. Ejerce cierta presión con las manos para “bajarlas”.

Ejercicios para estirar las pantorrillas

Subir y bajar: De pie, apoyado en una barra, una silla, un mueble o el marco de la ventana. Eleva el cuerpo para quedar de puntas de pie. Mantén la postura y vuelve a la posición inicial. Otra alternativa para este ejercicio es usar un escalón. Te apoyas en el borde y colocas la punta del pie derecho en el vértice. Sube y baja el talón. Luego has lo mismo con el pie izquierdo.

Ejercicios para estirar los antebrazos

Estiramiento: Puede ser de pie o sentado, como te sea más cómodo y depende el lugar que tengas. Estira el brazo derecho por delante del cuerpo, con la palma mirando hacia el techo. Con la mano izquierda toma los dedos derechos y haz una leve presión hacia abajo. La muñeca se dobla y la punta de los dedos quedan mirando al piso. Repite con el brazo izquierdo estirado.

¿Pondrás en práctica estos increíbles ejercicios de estiramiento? ¿Qué estás esperando?

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Remedios Naturales para las Articulaciones: ¿Cómo Tratar tus Dolores Articulares?

Si estás sintiendo dolores punzantes en las muñecas, las rodillas, los hombros o los tobillos (entre otros sitios), puedes solucionarlo con remedios y técnicas caseras. Los dolores articulares son más que molestos y no nos permiten cumplir con nuestras obligaciones, así como también nos impiden realizar muchas actividades.

¿Por qué nos duelen las articulaciones?

El dolor articular puede estar causado por diversos tipos de afecciones o lesiones, principalmente por la artritis, la bursitis y el dolor muscular. Conocer la razón de este problema te puede ayudar a encontrar una solución acorde.

Infecciones: Por ejemplo, cuando tenemos gripe o fiebre o estamos a punto de enfermarnos nos duelen las articulaciones, sobre todo las muñecas o los tobillos. Son muy comunes estos síntomas y se van cuando el virus desaparece del cuerpo.

Artritis: Es una de las causas más frecuentes de dolores articulares. Es una inflamación de esta parte del cuerpo que provoca mucho dolor. Puede aparecer en cualquier articulación o en más de una. Los síntomas a su vez incluyen rigidez, hinchazón y enrojecimiento de la zona.

Enfermedad de Lyme: Es una infección bacteriana que se transmite cuando una garrapata nos pica. Puede ser grave si no se trata lo antes posible. Otros síntomas son la erupción cutánea, las náuseas, el dolor de cabeza, la fiebre, los escalofríos y la secreción nasal.

Bursitis: Ocurre cuando la bolsa (saco lleno de líquido que amortigua los movimientos de las articulaciones) se inflama. Es una consecuencia de la artritis pero también de la gota, las infecciones, los traumatismos o el uso crónico. Los síntomas son similares a los de la artritis.

Tendinitis: Se produce cuando el tendón se inflama, debido a un movimiento repetitivo o un golpe, por ejemplo, también por el envejecimiento. Los dolores pueden empeorar durante la noche o al hacer cierto movimiento.

Otras causas: Fractura, esguince, lupus, osteoartritis.

Técnicas naturales para el dolor en las articulaciones

Cuando te duele una articulación puedes elegir entre recetas internas o técnicas externas (o tópicas). Esto quiere decir que beber o comer algo te puede ayudar a reducir la inflamación pero también aplicar ciertos productos en la piel sobre la zona adolorida. Presta atención a los mejores remedios naturales para las articulaciones. Empecemos por las internas:

Piña fresca: Comer esta deliciosa fruta te ayudará a reducir el dolor articular debido a que contiene una enzima llamada bromelina que disminuye la hinchazón. No la consumas en lata, porque pierde sus propiedades. Tampoco cocida. Lo mejor es ir a la verdulería o feria y comprar una natural, cortarla y ahuecarla y a disfrutar en ensaladas de frutas por ejemplo.

Linaza: Las semillas de lino o linaza son un remedio muy bueno para el dolor articular. Te aporta una buena dosis de ácidos grasos Omega 3. Es una opción perfecta para los vegetarianos, por ejemplo, ya que es la segunda fuente de este nutriente después de los pescados azules como el salmón.

Ortiga: Prepara un té de ortiga y aprovecha las propiedades de esta planta. Es un poco amargo su sabor, pero eso se mejora con una cucharada de miel. Sus sustancias son protectoras naturales de muchas dolencias. También puedes hacer cataplasmas con las hojas que te han quedado luego de colar el agua de la infusión.

Moras: El zumo de moras, además de ser delicioso y muy nutritivo, te ayudará a aliviar los dolores articulares. Esta fruta cuenta con propiedades antiinflamatorias y por ello es usada desde hace muchos años para este tipo de dolencias. Puedes también preparar un batido de moras y piña… una receta refrescante y un milagro para tus articulaciones.

Jengibre: El té de jengibre tiene cientos de ventajas para tu organismo. Si lo consumes todos los días evitarás que te duelan tanto las articulaciones, ya que se trata de un antiinflamatorio muy potente, así como un analgésico potente. Presta atención a las cantidades porque el jengibre es muy fuerte. ¼ de cucharadita por taza de agua caliente es la dosis perfecta. Para que la infusión quede más rica, añade unas gotas de zumo de limón y una cucharada de miel.

Cúrcuma: Dentro de la familia del jengibre también, por lo tanto, tienen propiedades en común. Mezcla media cucharadita de este polvo amarillo en una taza de agua tibia y bebe. Repite tres veces al día cuando tienes cuadros de dolor agudo en las articulaciones. Sino, como prevención, una taza al día está bien.

Vinagre de manzana: Las bondades de este condimento usado en las ensaladas se pueden aprovechar tanto de manera interna como externa. Tres cucharaditas de vinagre disueltas en un vaso con agua antes del almuerzo y la cena serán muy buenas para tus articulaciones. Y también puedes hacer friegas de vinagre en la zona que te duele, o bien echar una medida de vinagre por cada seis de agua caliente en un recipiente y sumergir el pie, la mano, la pierna dolorida.

Aplica calor: Esta es una de las técnicas más usadas cuando nos duele una muñeca, un brazo o una rodilla. Puedes usar una almohadilla térmica de esas eléctricas, una bolsa con agua caliente como hacían nuestras abuelas o bien un cataplasma de hierbas calientes con aceites esenciales. Otra alternativa es introducir la mano o el pie en un recipiente con agua caliente y sales minerales.

Aplica frío: Podría decirse que es la técnica por excelencia para tratar dolores articulares, mayormente si son producidos por un golpe, un mal movimiento o un uso excesivo. Está aconsejado en los casos de inflamación e hinchazón. Coloca unos cubos de hielo envueltos en un paño o bien una de esas bolsas que se ponen en el congelador. Ten en cuenta no poner sobre la piel directamente porque puede quemarte la piel.

Aceite de oliva: Puedes colocar unas gotas de aceite de oliva caliente en el lugar que te duele y refregar con una bolita de algodón (si te duele mucho, haz masajes suaves). Lo puedes hacer con cualquier aceite esencial también, pero siempre teniendo la precaución de diluirlo con aceite de oliva (muchos de estos aceites son irritantes para la piel en estado puro).

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