viernes, 4 de septiembre de 2015

Eres lo que Comes

Alguna vez habrás escuchado la frase “Eres lo que Comes”. Si bien tiene mucho de verdad, la clave para comprenderla en su total profundidad se halla en cuán amplia sea tu definición de alimento.

Por ello en Siendo Saludable te queremos explicar un poco esto de “ser lo que comemos” en el siguiente artículo.

La materia está compuesta por átomos, las unidades comprensibles más pequeñas que la ciencia nos ha podido revelar. Pero también hoy la física quántica nos dice que esta materia que percibimos como algo ‘solido’ en realidad no son más que ondas vibratorias en un mar de energía de infinitas posibilidades.

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Eres lo que Comes

Es bastante directa la comprensión de que los alimentos que introduces en tu cuerpo de algún modo formarán parte de tus células y la estructura de tu cuerpo. Esta comida le suministra al organismo no solo la materia prima para constituirse a sí mismo, sino también la energía para funcionar como corresponde.

En este sentido la calidad y diversidad del alimento que sea introducido se convertirá en proveedor de los nutrientes necesarios para lograr el bienestar y conseguir energía de buena calidad que nos permita realizar nuestras actividades sin problemas.

¿De qué nos alimentamos?

Decir que eres lo que comes suena como si estuviera faltando algo para comprender la frase. El ser humano es un ser multidimensional que va mucho mas allá de lo que come, por supuesto, pero lo que ingiere le puede jugar a favor o en contra en su vida cotidiana. Entonces, este dicho cada vez más leído en las revistas o publicaciones solo se puede validar si ampliamos el concepto de “comida”.

¿No podríamos decir que también nos alimentamos de emociones, pensamientos, actitudes, acciones y elecciones que modifican el curso de nuestras vidas?

Si discutimos o estamos felices, si peleamos o si decidimos hacer deporte… ¿eso no formaría también parte de nuestro alimento cotidiano?

Si masticamos con bronca no habrá plato de comida lo suficientemente saludable que pueda brindarnos bienestar, al igual que si comemos con total felicidad quizás no exista ningún plato “malo” como para hacernos daño.

Si estamos tristes, melancólicos del pasado, ansiosos o con incertidumbre sobre el futuro, es probable que no exista combinación de alimentos adecuada que pueda cambiar lo que sentimos o lo que nos dictan nuestros pensamientos.

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Decir que somos lo que comemos en realidad tiene mucho sentido. Pero  para que esta declaración tenga validez no debemos limitarnos a la definición de alimento únicamente como lo que se sirve en un plato, masticamos o bebemos… sino considerar también a las emociones, los pensamientos, las acciones, las actitudes y las elecciones como parte del menú con el que nos nutrimos cada día.

¿Cómo alimentarnos integralmente de forma saludable?

En general las personas que se interesan por una alimentación más natural y saludable tarde o temprano se dan cuenta de que también desean llevar una vida más armoniosa y saludable en todos sus aspectos. Esto también se puede aplicar en el sentido inverso. Es decir aquellos que intencionalmente deciden tomar las riendas de sus vidas, solucionar conflictos familiares, mejorar su capacidad de comunicarse, perdonar o servir al prójimo se contactan con el fuerte anhelo de vivir en paz. Naturalmente también comienzan a verse atraídos por deseos de una alimentación más fresca, naturalmente nutritiva y saludable.

Por lo tanto, si nos cuesta cambiar la naturaleza de la comida, entonces hagamos modificaciones en otras áreas de nuestra vida. Por ejemplo: aprendamos a ser mas amorosos, dejemos de enojarnos siempre por lo mismo, trabajemos en llevarnos bien con nuestra familia, pidamos ayuda, comencemos a soltar lo que no nos sirve, evitemos el ego, la competitividad o la envidia, etc.

Empecemos a trabajar en nosotros que en definitiva es en donde tenemos verdadera influencia y poder de cambio. Permitámosle ser a los demás como son, practiquemos el desapego y el amor incondicional. Si ponemos suficiente énfasis en llevar una vida más liviana, nuestros deseos alimenticios se transformarán automáticamente, como por “arte de magia”.

Los alimentos que deseamos y escogemos guardan estrecha relación con el tipo de vida que elegimos.  También influyen los hábitos mentales y emocionales que sostenemos. Tan fácil como cambiar una parte de la ecuación, hará que se transforme naturalmente la otra.

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Alégrate por los Fracasos

Cambia los pensamientos negativos que no te permiten avanzar. Una práctica muy sencilla para desafiar a la mente y a uno mismo es reaccionar intencionalmente de forma opuesta. ¿Qué quiere decir esto?

Básicamente, alegrarse por los fracasos, los errores o los imprevistos. De esta manera estarás cambiando los patrones que tiene el cerebro y además aprenderás que de lo malo también se aprende. Alegrarse por los fracasos no significa dejar de desear el éxito, sino mas bien evitar quedarse atrapado en una frecuencia negativa. Esto traerá como consecuencia además ver “el vaso lleno” de cada situación, ser más positivo y… ¡alimentarte de sentimientos y pensamientos saludables!

Haz la prueba, practica. Cambia tu alimento emocional y verás como todo a tu alrededor comienza a transformarse! Aqui les dejo un libro de metafísica llamado “El Espacio de las variantes” de un escritor de origen ruso llamado Vladim Zeland, donde explica en detalle el concepto de alegrarse por los fracasos.

Para ver la entrada completa haz click aquí: Eres lo que Comes - De Nuestro Blog www.SiendoSaludable.com

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