sábado, 7 de mayo de 2016

Cuida tus Pies… ¡Y Todo Será más Bonito!

Quizás creas que esta frase es demasiado optimista pero tiene mucha razón. Los pies son nuestro sostén, quienes nos ayudan a ir donde queramos… sin embargo no solemos prestarles la atención adecuada y necesaria.

Utilizar cierto tipo de calzado, la falta de cuidado, no ir al podólogo o no mantenerlos calientes en invierno son sólo algunos de los malos hábitos relacionados a problemas podales. La planta de los pies son realmente muy sensibles y si a eso le sumamos la gran posibilidad de sufrir hongos entre los dedos o en las uñas vale la pena “echarles un vistazo”.

En este artículo de Siendo Saludable te contamos cuáles son los beneficios de cuidar correctamente los pies y en qué momento deberías pensar en aprovechar los conocimientos de la podología.

La importancia de cuidar los pies

Si por ejemplo tenemos un par de zapatos nuevos y los usamos para ir al trabajo o caminar muchas cuadras, aparecerá irremediablemente una ampolla muy dolorosa y molesta que nos cambiará incluso el humor o el rendimiento. Todo lo que sucede en nuestros pies influye también en la postura y hasta en la expresión facial.

Los pies tienen la tarea nada menor que soportar nuestro peso y permitirnos caminar. Su estructura es muy compleja (sólo por poner dos ejemplos tienen 26 huesos y 32 articulaciones) pero también muy sensible. En ellos a su vez hay una gran cantidad de glándulas sudoríparas y según algunas disciplinas cada zona del pie está relacionada con un órgano del cuerpo.

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Cómo cuidar nuestros pies

Lamentablemente no solemos prestarle demasiada atención a la salud o el confort de nuestros pies. Algunas mujeres los “arreglan” por una cuestión estética pintándose las uñas o quitando las durezas de los talones, pero eso no es suficiente. Es necesario, según expresan los expertos, cumplir con una rutina de limpieza y cuidado de nuestros pies. En ella no pueden faltar:

  • Higiene: Lavar todos los días y no olvidar secarlos bien para evitar la humedad y la proliferación de hongos.
  • Calzado: Los zapatos deben ser acordes a las actividades o exigencias diarias. Por ejemplo al hacer deporte, al caminar, al estar de pie todo el día, etc. Evitar el uso de tacones demasiado altos o durante varias horas.
  • Calcetines: En lo posible de algodón para que sequen la transpiración. Tratar de que no tengan pliegues ni costuras que puedan lastimar. Cambiarlas a diario y no dejarlas puestas si están mojadas.
  • Hidratación: Beber líquido suficiente (no menos de 2 litros al día) permite que la piel de los pies se vea mejor y evite ciertas dolencias internas.
  • Callosidades: Limar los talones entre dos o tres veces a la semana con una herramienta acorde y no olvidar la humectación posterior.
  • Cremas: Después del baño y antes de dormir se recomienda colocar cremas hidratantes especiales para pies y dejar que se absorban antes de ponerse los calcetines o calzado.
  • Masajes: Cuando llegas del trabajo puedes sumergir los pies en agua con algún aceite esencial o un puñado de sal gruesa. Tras secarlos bien masajea no menos de 15 minutos (puedes hacerlo mientras miras la televisión o conversas sobre tu día con tu familia).
  • Ejercicio: Sirve para mantener la salud de los pies y sobre todo de los tobillos evitando esguinces o quebraduras. Además hay ejercicios apuntados a mejorar la flexibilidad de los dedos (por ejemplo tratar de tomar un lápiz del suelo) o masajear la planta (haciendo rotar una pelota de tenis).
  • Tratamientos: En el caso de aparición de hongos, ampollas o uñas encarnadas es necesario consultar con un podólogo y seguir una técnica adecuada para eliminar el problema.

¿Cuándo debemos ir al podólogo?

Muchos nos consultan en relación a los servicios de los podólogos en Barcelona (como en cualquier otra ciudad del mundo) pero más que nada para saber en qué momento es necesario recurrir a la consulta.

Antes de responder a ello queremos explicar un poco sobre esta rama de la medicina que tiene como objetivo estudiar y tratar todas las alteraciones o enfermedades que aparecen en los pies. Si bien podemos pensar que la podología es algo nuevo o que está de moda, lo cierto es que los primeros en dedicarse a esta tarea vivían en el Antiguo Egipto. En la época del faraón Amenofis IV ya habían asistentes especiales que atendían sus pies como se ha descubierto en diversas excavaciones. Es curioso saber que muchas momias no presentan callosidades o deformaciones podales e incluso algunas tienen las uñas pintadas.

Ya en la Antigua Grecia se usaban fórmulas para curar afecciones y deformaciones podales. En los baños romanos se ofrecían diversos tratamientos para los callos y para las uñas y entre los siglos XVI y XVII todavía el trabajo de podología estaba en manos de los barberos. Más cerca en el tiempo, a partir del siglo XX, la actividad de los podólogos se fue profesionalizando y la gente comenzó a darse cuenta de la necesidad de sus servicios.

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Entonces, ¿Cuándo ir al podólogo? Las razones más frecuentes son:

  • Infecciones por hongos en las uñas (onicomicosis)
  • Encarnación de uñas (onicocriptosis)
  • Olor fétido en los pies (bromhidrosis)
  • Hongos entre los dedos de los pies (pie de atleta)
  • Callos o durezas (helomas o hiperqueratosis)

Es bueno saber que no sólo las personas mayores necesitan visitar a un podólogo aunque es verdad que a cierta edad los problemas en los pies aumentan. Desde Siendo Saludable te recomendamos que no esperes a que el cuadro esté demasiado avanzado para consultar con un especialista. De esta manera podrás tratar el problema con mayor eficacia.

Para ver la entrada completa haz click aquí: Cuida tus Pies… ¡Y Todo Será más Bonito! - De Nuestro Blog www.SiendoSaludable.com

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