¿Qué es la Huella Ecológica? ¿Cuál es la tuya?

Si has oído hablar de la “huella ecológica” y no sabes de qué se trata, en este artículo trataremos de responder a tus preguntas. Básicamente, es un indicador a nivel internacional de sostenibilidad. ¿Qué quiere decir esto? Cuáles son nuestros hábitos a favor (o en contra) del medio ambiente y del bienestar social.

Entonces, la huella ecológica integra diferentes aspectos, en relación al impacto que ejerce una persona dentro de su comunidad y también en un plano más general. Se tiene en cuenta, por ejemplo, cuánta materia prima se necesita para crear un objeto que luego compramos (y que tiramos la mitad por causa del packaging) o el gasto de recursos naturales en nuestra vida cotidiana (agua, electricidad, gas, etc).

¿Cómo se calcula la huella ecológica?

Para poder calcular la huella ecológica se tienen en cuenta los siguientes aspectos:

• Los materiales y energía que se necesitan para producir un bien o un servicio


• Los ecosistemas que se precisan para absorber los residuos que se generan luego de la utilización de ese producto


• El espacio que usan las viviendas, infraestructuras, fábricas, equipamientos, etc


• Los hábitos de vida o de consumo de una persona en su entorno (casa, trabajo)

Entonces, la huella ecológica permite medir cuál es el impacto de nuestro estilo de vida, al analizar cómo viajamos, qué compramos, cuánto gastamos, cómo nos deshacemos de los residuos, etc. Como ventaja de conocer la huella ecológica podríamos decir que nos sirve para comprender de qué manera vivimos, cómo nos relacionamos con la naturaleza y cuáles son las acciones que tomamos para cuidar el planeta.

Si bien el cálculo de la huella ecológica es algo complejo de realizar, existen en Internet o en Entidades (con o sin fines de lucro), diferentes tests para que todos podamos saber si somos buenos o no con la Tierra. Además, es un indicador para empresas y gobiernos para determinar qué medidas o leyes poner en práctica, por ejemplo.

Se pueden hacer cálculos de huella ecológica a nivel general o por actividad, como por ejemplo, por la quema de combustibles fósiles, agricultura, industria maderera, pesca, ganadería, energía nuclear, cantidad de ciudades o asentamientos urbanos u obtención de leña.

¿Cuál es tu huella ecológica?

Todas y cada una de nuestras acciones tienen repercusión en el medio ambiente. Pero no por ello tenemos que sentirnos mal ni preocupados. Algunos de nuestros hábitos serán positivos y otros no tanto, siempre es bueno aprender a mejorar y a cambiar para un bien común.

Lo que comemos, qué medios de transporte usamos, cuánto compramos en el supermercado, a dónde nos vamos de vacaciones, donde arrojamos la basura, son sólo algunas de las variables para analizar y calcular la huella ecológica.

Si bien el panorama puede resultar poco alentador a nivel global o mundial (los datos de la última medición de huella ecológica fueron desastrosos), siempre se puede cambiar y aportar “nuestro granito de arena”. Lo importante es tomar consciencia y saber de qué manera nuestras acciones, por más pequeñas que sean, pueden formar parte de la recuperación o el cambio en el planeta.

Dentro de los parámetros que se tienen en cuenta al calcular la huella ecológica se encuentra la “huella de carbono”. ¿De qué se trata? De las emisiones de dióxido de carbono que se generan por nuestras actividades o decisiones. Por ejemplo, si usamos el coche para ir al trabajo, estaremos emitiendo más CO2 que si usamos la bicicleta o hasta el autobús.

¿Cuánto necesitas para vivir y qué cantidad de esa porción es la que usas? Podemos hacer nosotros mismos una estimación de la huella ecológica prestando atención a estas áreas:

• Energía: Cuánto se gasta en electricidad o gas, para iluminar, calefaccionar o refrigerar, ya sea en casa o en el trabajo.


• Agua: Cuánto es el consumo para bañarnos, cocinar, beber, regar, etc.


• Transporte: Qué tipo de transporte usamos, siendo el menos contaminante la bicicleta y el más contaminante el avión


• Residuos y materiales: Cómo es el tratamiento de la basura, cuántas bolsas se sacan a la semana, si se separan los residuos según el material, si se recicla o se reutiliza, etc.

Para poder calcular la huella ecológica o huella de carbono, se puede confiar en dos sitios web de renombre. Uno es MyFootPrint y el otro es Twenergy. En el primero tendrás que responder un cuestionario de 27 preguntas simples y anónimas. En el segundo, se usa también un test para conocer la huella ecológica personal.

¿Cómo reducir la huella de carbono?

Quizás toda la parte teórica o explicativa sobre la huella ecológica sea un poco abstracta o difícil de imaginar, por lo tanto, nada mejor que ¡Pasar a la práctica! ¿Cómo? Ten en cuenta estos consejos más que útiles:

• Encender sólo las luces que estamos usando y colocar lámparas de bajo consumo o LED en toda la casa (sobre todo en las zonas donde pasamos más tiempo)


• Desenchufar los cargadores de móviles o portátiles cuando no se están usando, así como también apagar (no dejar en stand by con la luz roja) los electrodomésticos como la televisión o el ordenador.


• Utilizar los programas de menor temperatura para la lavadora o el lavavajillas, usando en ambos casos la capacidad máxima del aparato.


• Comprar electrodomésticos que tengan la categoría A en la etiqueta de eficiencia energética, quiere decir que gastan menos cuando están encendidos (sobre todo en el caso de la nevera que no se apaga nunca).


• Utilizar medios de transporte menos contaminantes como puede ser la bicicleta. Si la distancia es más larga, entonces, el autobús o el metro. Compartir el coche con otras personas que van hacia el mismo lugar y el avión sólo para viajes que no pueden realizarse a través de otro medio (tren, autobús, barco, etc).


• Usar el aire acondicionado a consciencia. Esto quiere decir que por más que la temperatura exterior sea mayor a los 35°C, en la casa no deberá ser menor a los 24°C. Para evitar sufrir el calor, aislar techos, paredes y ventanas.


• Comprar alimentos y demás productos que sean locales y de temporada, evitando artículos exóticos que hayan tenido que “viajar” miles de kilómetros hasta tu mesa.

También puedes visitar nuestra sección de trucos ecológicos haciendo click aquí.

Si crees que todo esto es demasiado, puedes ir cambiando tus hábitos de a poco. Recuerda que eres el granito de arena que puede crear una playa.

Para finalizar, una bonita historia inspiradora (y relacionada al tema que hemos tratado)

Cuenta la leyenda que hace muchos años un gran incendio asoló una selva tropical. El mono capuchino palidecía de terror y el mono araña huía de rama en rama con sus largas extremidades, mientras los guacamayos con toda su familia trotaban despavoridos lejos de las llamas. En medio de este caos, un bello pajarillo sobrevoló la selva en dirección contraria al resto de los animales. El ave, pequeñísima y de alas turquesas, batía sus alas a toda prisa y directa al corazón del fuego.

Un jaguar, que huía del peligro con toda la fuerza que sus patas podían proporcionarle, miró con extrañeza a ese colibrí que volaba hacia el mismísimo peligro, pero siguió corriendo despavorido. Su sorpresa fue mayúscula al ver que el pajarillo regresaba de vuelta hasta una pequeña charca, donde recogió con su pico una gotita de agua. El temible felino le preguntó al ave: -“¿Amigo colibrí, qué haces? ¿Por qué te metes en la boca del lobo y no huyes del fuego como todos nosotros?”.

El pajarillo levantó con orgullo su pequeño pico y le respondió: – “Estoy llevando agua de la charca hasta el fuego para apagar el terrible incendio que asola nuestra selva”.

La fiera, entre boquiabierta y avergonzada, le replicó: “¡Pero eres un animal muy pequeño, jamás podrás acabar tú solo con un incendio tan grande!

El colibrí miró directamente a los grandes ojos del jaguar y le contestó sin un atisbo de temor: “Sé que soy pequeño, pero ésta es mi casa y estoy haciendo mi parte para salvarla”. El colibrí levantó entonces el vuelo y, entre altas llamaradas y nubes de humo gris, se internó con la gotita de agua en el pico.

¿Quieres ser como el colibrí? ¡Aporta tu gota de agua para apagar el incendio!

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