¿Cómo Tener un Huerto Ecológico en Casa?

Cultivar nuestros propios alimentos es casi lo mismo que imprimir nuestro propio dinero. Y a diferencia de lo que se cree, no se precisa una gran cantidad de terreno para poder tener un huerto. Muchas personas que viven en las grandes ciudades plantan en maceteros en sus balcones o terrazas, por ejemplo.

Cultivar vegetales es más sencillo de lo que parece y lo mejor de todo es que recibimos una sensación más que gratificante. No hay nada como disfrutar de las verduras que nosotros mismos vimos crecer y luego cosechamos.

Y como si fuera poco, es una excelente terapia. Estar en contacto con la naturaleza y la tierra, aunque sea en una maceta, nos aporta mucha tranquilidad y serenidad.

Si el huerto es un poco más grande te ayudará a hacer ejercicio, al tener que regar, rastrillar, cavar, etc. Por eso, desde SiendoSaludable.com, te presentamos nuestra nueva sección de Huerta y Jardinería.

Pasos para Tener tu Huerto Ecológico

En primer lugar, es preciso delimitar el espacio que le vamos a dedicar al huerto ecológico. Como se decía antes, no es necesario que sea un lugar muy grande ni directamente en la tierra.

Si dispones de un terreno para plantar, entonces el siguiente paso es tener en cuenta la cantidad de personas que viven en la casa o van a aprovechar de la cosecha.

Todo dependerá a su vez de sus hábitos alimentarios, ya que no es lo mismo una familia que come sólo ensaladas y algunas otras verduras a una pareja que es vegetariana.

Algo a tener en cuenta también es las especies que se plantan y la cantidad de espacio que se le otorga a cada una. Si nos gusta mucho la lechuga o si solemos comer más zanahorias o pepinos, entonces, plantar más.

Si hay algo que no utilizamos porque no nos gusta, por ejemplo, es preferible no sembrarlo.

El sitio donde se colocará el huerto es muy importante. En lo posible, debe darle el sol directo unas cuantas horas al día, tanto en verano como en invierno. Algunas plantas serán más resistentes que otras al calor, por lo cuál, podemos elegir un espacio que también tenga algo de sombra.

En el caso de las huertas en macetas, es preferible colocarlas todas en un recipiente más grande que pueda moverse con facilidad dependiendo de donde apunta el sol.

Si no tienes demasiado lugar, las plantas aromáticas son aliadas de las macetas!

Luego, es momento de preparar el terreno. Si vamos a usar maceteros, la tierra a colocar ha de ser orgánica en lo posible o proveniente de un compostario. Si hacemos el huerto en tierra, entonces, se procede a rastrillar la zona para poder “airearla”. Pero atención, no profundizar más que 1 metro desde la superficie. Limpia bien de malezas, piedras, objetos extraños, basura, etc.

La Planificación de tu Huerto en Casa

Determina los espacios donde vas a plantar. Las huertas se dividen en “cajones” que son espacios de tierra donde plantamos. Para darse una idea del tamaño, el ancho debe ser como máximo el largo de nuestro brazo.

Así, podremos trabajar más cómodamente. El largo de cada cajón dependerá del terreno disponible para el huerto.

En el perímetro de la huerta se debe crear una barrera natural de hierbas aromáticas (albahaca, menta, romero, laurel, etc). No sólo te servirán para condimentar tus comidas, sino que también serán perfectos para ahuyentar a las aves, insectos u otros animales que quieran “servirse” de los alimentos que estás cultivando.

Y si esto no te da resultado, no dudes en colocar el popular “espanta pájaros”, un muñeco hecho con un palo y un poco de paja.

Una vez que la tierra ya está labrada y se ha determinado dónde se plantará, es necesario colocar una capa de unos 10 cm de abono orgánico. Luego, sembrar las semillas según su tamaño y cómo será la planta al crecer.

Una buen manera de saber a cuánta profundidad colocar la semilla es analizando su tamaño.

Si por ejemplo la semilla tiene un diámetro de 2 mm, debe estar enterrada a como máximo 4 mm. Claro que no vamos a usar una regla o centímetro para ello, es un valor aproximado. De esta manera, evitaremos que se vuele por el viento, sea comida por un ave o insecto o que se mueva de lugar con la lluvia o el riego. Otra cuestión a tener en cuenta es cómo será la planta al momento de su adultez, por así decirlo.

Si por ejemplo vamos a plantar lechugas, éstas necesitarán más lugar que los puerros.

Las semillas más pequeñas se siembran de la siguiente manera: se traza un surco con un palito o el dedo y luego se esparcen de manera aleatoria.

Las semillas más grandes se hacen agujeros en la tierra (siguiendo la regla del tamaño de la semilla para saber la profundidad en que la enterramos) y se colocan de a una.

En ambos casos luego se tapan con tierra. Y no te olvides de colocar un cartel para saber qué es lo que plantaste en cada lugar!

Debes Poner Carteles a todo lo que siembras para no confundirte luego!

Además, es bueno separar en dos grandes grupos a las plantas que vamos a sembrar en el huerto orgánico. Están por un lado los que crecen más debajo de la tierra (raíz) y por el otro, los que crecen encima del suelo (fruto u hoja). Así, una zanahoria crece más abajo que arriba y una espinaca al revés.

Regando y Cosechando tu Huerto

El riego de la huerta se puede hacer de diferentes maneras, y eso dependerá del tamaño del terreno y del tiempo que le dediquemos.

Por ejemplo, si tenemos una huerta en un balcón, se puede usar una regadera. Si tenemos una buena extensión de terreno, con una manguera o con un sistema de riego “por goteo”.

Básicamente es una manguera que se dispone en contacto con la tierra y a la que se le hacen agujeros muy pequeños a cierta distancia (en lo posible “apuntando” a donde está la planta).

Esta manguera se conecta al grifo y se abre y cierra cuando se desea. O también, se puede instalar un sistema automático que se programa para regar cuando no estamos en casa.

Por lo general, se recomienda regar a primera hora de la mañana o después del atardecer para que el agua no se evapore por el sol.

Algunos optan por regar al mediodía, para que las plantas crezcan más rápido (tienen en ese momento sus dos elementos imprescindibles juntos: sol y agua). Puedes ir probando qué es lo que más resultado te da.

Y por último, es importante prestar atención a la época del año. Ciertas plantas crecen en verano, otras en invierno.

A diferencia de lo que ocurre en las verdulerías o mercados, no podremos disponer de todas las verduras los 365 días del año. La buena noticia es que podemos aprovechar el espacio para plantar el doble de especies, unas en los meses de calor y otras en los de frío.

Si bien tener un huerto ecológico es una tarea que requiere de atención y compromiso, la recompensa y la satisfacción que te brinda es realmente impresionante.

¡No dudes en tener una huerta, aunque sea algunas macetas en tu balcón!

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